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StreetScooter: Vehículos eléctricos para revolucionar el reparto en el último kilómetro

StreetScooter GmbH, fundada en 2010 como empresa derivada de la Universidad RWTH de Aquisgrán, se ha convertido rápidamente en un actor importante en el sector de los vehículos eléctricos (VE), sobre todo en el sector del reparto de última milla. La trayectoria de la empresa comenzó centrándose en el desarrollo de soluciones de transporte sostenibles y eficientes para entornos urbanos.

En 2014, StreetScooter alcanzó un hito importante al ser adquirida por Deutsche Post DHL Group, una de las mayores empresas de logística del mundo. Esta adquisición proporcionó a StreetScooter los recursos y la plataforma necesarios para ampliar sus operaciones e influir en el sector del reparto a escala mundial.

El modelo insignia de la empresa, el StreetScooter Work, se presentó en 2012 y rápidamente llamó la atención por su practicidad y respeto por el medio ambiente. Diseñado específicamente para servicios postales y de paquetería, el modelo Work demostró el compromiso de StreetScooter con los retos específicos de la logística urbana.

Un dato interesante sobre StreetScooter es que fue una de las primeras empresas en producir en serie vehículos eléctricos de reparto adaptados a aplicaciones comerciales específicas. Este enfoque les permitió optimizar sus vehículos para las exigencias del reparto de última milla, lo que les diferencia de los fabricantes de automóviles tradicionales que se aventuran en el espacio de los vehículos eléctricos.

En 2017, StreetScooter amplió su línea de productos con la introducción del Work L, una versión más grande de su modelo original, y el Work XL, desarrollado en colaboración con Ford. Estos nuevos modelos permitieron a StreetScooter atender una gama más amplia de necesidades de reparto y consolidaron su posición como empresa innovadora en el sector de los vehículos comerciales eléctricos.

El impacto de StreetScooter va más allá de sus vehículos. La empresa ha desempeñado un papel decisivo en el desarrollo de infraestructuras de recarga y sistemas de gestión de flotas, contribuyendo al ecosistema más amplio necesario para la adopción generalizada de vehículos eléctricos en entornos comerciales.

A pesar de haber afrontado algunos retos financieros y una reestructuración en los últimos años, el legado de StreetScooter en el mercado de los vehículos eléctricos de reparto es significativo. El enfoque de la empresa en la logística urbana sostenible ha influido en las estrategias de los principales fabricantes de automóviles y proveedores de logística de todo el mundo, acelerando la transición a las flotas de reparto eléctricas.

En la actualidad, StreetScooter sigue evolucionando, explorando nuevas asociaciones y tecnologías para impulsar su misión de movilidad urbana sostenible. Aunque su futuro como entidad independiente sigue siendo incierto, el impacto de StreetScooter en el sector de los vehículos comerciales eléctricos es innegable, ya que ha establecido nuevos estándares de eficiencia, sostenibilidad y diseño específico en el sector del reparto de última milla.

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El coste de los vehículos StreetScooter varía en función del modelo y la configuración específica. Al tratarse principalmente de vehículos comerciales diseñados para el reparto de último kilómetro, su estructura de precios difiere de la de los vehículos de consumo.

De media, los precios de los nuevos StreetScooter en Europa empiezan en torno a los 35.000 euros para el modelo básico Work y pueden subir hasta los 50.000 euros o más para modelos más grandes como el Work L o el Work XL con capacidades de autonomía ampliada.

Por ejemplo, el StreetScooter Work en su configuración estándar suele costar entre 35.000 y 40.000 euros. El modelo Work L, más grande y con mayor capacidad de carga, suele oscilar entre 40.000 y 45.000 euros. La Work XL, desarrollada en colaboración con Ford y basada en el chasis de la Transit, puede costar más de 50.000 euros, dependiendo del tamaño de la batería y de las características adicionales.

Es importante tener en cuenta que estos precios pueden variar significativamente en función de factores como la capacidad de la batería, la autonomía, la capacidad de carga útil y las características adicionales adaptadas a las necesidades específicas de entrega. Además, al tratarse de vehículos comerciales, los pedidos al por mayor o las compras de flotas pueden beneficiarse de descuentos, y diversos incentivos gubernamentales para vehículos eléctricos pueden influir aún más en el precio final.

El vehículo más asequible de la gama StreetScooter es el modelo base de la StreetScooter Work. Esta furgoneta de reparto eléctrica compacta suele rondar los 35.000 € en su configuración más básica.

Sin embargo, el precio final del StreetScooter Work puede variar en función de varios factores:

  • Capacidad de la batería: Optar por una batería de mayor capacidad y autonomía puede incrementar el precio entre 3.000 y 5.000 euros.
  • Configuración de la carga: Las diferentes opciones de estanterías y almacenamiento pueden añadir entre 1.000 y 2.000 euros al precio base.
  • Opciones de carga: La carga rápida puede suponer entre 1.500 y 2.000 euros adicionales.
  • Personalización de la carrocería: Los trabajos de pintura personalizados o la personalización de la marca pueden aumentar el coste entre 500 y 1.500 euros.
  • Equipamientos adicionales: Opciones como el asiento del conductor calefactado, el aire acondicionado o los sistemas telemáticos avanzados pueden aumentar el precio entre 500 y 1.000 euros.

Aunque el modelo básico está diseñado para ser rentable en las necesidades básicas de reparto, muchos clientes optan por cierto nivel de personalización para adaptarlo a sus requisitos operativos específicos, lo que puede elevar el precio hasta los 40.000 euros o más.

El vehículo más caro de la gama StreetScooter suele ser la versión totalmente equipada del StreetScooter Work XL. En su especificación más alta, este modelo puede costar entre 60.000 y 70.000 euros, dependiendo de las opciones y personalizaciones seleccionadas.

El elevado coste del StreetScooter Work XL de gama alta se debe a varios factores:

  • Tamaño y capacidad: Al ser el modelo más grande, basado en el chasis de la Ford Transit, ofrece bastante más espacio de carga y capacidad de carga útil.
  • Batería y autonomía: Las variantes más caras vienen con el paquete de baterías más grande disponible, que ofrece una autonomía ampliada que puede añadir entre 8.000 y 10.000 euros al precio base.
  • Tren de potencia: Unos motores eléctricos más potentes para mejorar las prestaciones pueden incrementar el coste entre 3.000 y 5.000 euros.
  • Funciones avanzadas: Los modelos de gama alta suelen incluir sofisticados sistemas de gestión de flotas, funciones avanzadas de asistencia al conductor y telemática personalizada, cada uno de los cuales puede añadir entre 2.000 y 4.000 euros.
  • Personalización de la zona de carga: Las estanterías especializadas, las unidades de refrigeración u otras modificaciones de la zona de carga pueden suponer entre 5.000 y 10.000 euros o más.
  • Personalización exterior: Los acabados de pintura premium, los wraps o el branding extensivo pueden incrementar el precio entre 2.000 y 3.000 euros.
  • Confort y comodidad: Las mejoras como los asientos premium, el climatizador avanzado y los sistemas de infoentretenimiento de gama alta pueden suponer entre 3.000 y 5.000 euros más.

Cabe señalar que, al tratarse de un vehículo comercial, el precio final también puede verse influido por los descuentos por pedidos al por mayor, los requisitos específicos de la empresa y los posibles incentivos gubernamentales para los vehículos comerciales eléctricos.